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martes, 8 de noviembre de 2016

Relatos del héroe




Llegó la tarde
y él entonces
esperó la noche.
Agazapado
omnívoro
dos veces su reloj
no pudo hablar.
Y quien no habla
quien no pide
quien no llora
nunca comerá.
Pero este no es el caso.
Él probó la nube
más jugosa
y el susurro de los mirlos.
El agua y el reflejo
de la luna
suplicaron aire.
Él les concedió
la gloria eterna
de escuchar los vendavales
y adorarlo.
Y al lobo que acechaba
los restos del cadáver
apenas lo miró
torció la cara
y lo dejó de postre.


Silvia Rodríguez Ares
7/11/2016

martes, 1 de noviembre de 2016

Gaviotas




Concluye el tiempo de los ángeles
y no hay regreso
aunque seas una estrella
un centauro
una mancha
o una
cicatriz.

Vayamos al adiós con manos nuevas
y agitemos el pañuelo de la noche
mientras canta el ruiseñor
de las espinas

vigoroso
como el mar que hunde
a dentelladas
el fuego de un amor tan puro.

Y lloraremos
cuando digan las gaviotas que la luz
conmueve al cielo
y vive más.

Silvia Rodríguez Ares
28/10/2016

viernes, 28 de octubre de 2016

higuera




planté una higuera
en la mesa vacía
compré una alfombra
con rumor de manantiales
que a los pies del sillón
me da sosiego
ya no fumo
ni los vientos me asustan
tengo un perro que me ayuda a sonreír
y tal vez en verano
si todo sigue bien
termine de aprender
a olvidarme de vos
más simplemente
o por lo menos
con alguna pequeña
revolución de sangre
que cubra paredes
y a nadie moleste

Silvia Rodríguez Ares
28/10/2016

martes, 25 de octubre de 2016

La huérfana





Oh lluvia. Oh generosa.
Me das tu mano y yo te sigo
ardiendo hasta temblar.
Las naves del amor
ya fueron derrotadas.
Un pez que llora
trae mensajes de mi padre.
Llora y leo que te vas
en medio de la gente
que atraviesa el río.
Recuerdo que mi padre
combatió en la guerra.
El monte empantanado
no es el nido de las almas.
Por eso padre me dejó a destiempo
y un árbol me adoptó:
El árbol de las aguas.
Oh lluvia. Oh generosa.


Silvia Rodríguez Ares
23/10/2016


(Oh, lluvia. Oh, generosa: versos del poeta Raúl González Tuñón)

domingo, 18 de septiembre de 2016

Mantel




1

El mantel
bordado por las tías
ha quedado
en medio de un recuerdo.

Vuelvo
a la casa de los muertos.
Entro en la cocina,
me acerco a la mesa.

Qué pequeños
eran
los pájaros de hilo
y qué grande
sigue siendo
la sombra del ciprés.


2


Extiendo
la mano derecha.
Quito las arrugas
de la flor avainillada.

Un pétalo
resbala en el silencio
y cae
sobre mi pie.

Intento levantarlo porque no quisiera
alterar la forma
de una flor que sólo existe
para mí.

Lo dejo todo
casi como estaba.

Qué pena
haber entrado en un recuerdo
y salir de la casa
vacía
en un día de sol.


Silvia Rodríguez Ares
18/9/2016

sábado, 17 de septiembre de 2016

Hogar





En este mar que se retrae pienso;
en este oleaje tan oscuro que se duerme
e inventa aquella noche
que fue mi hogar.
Entonces el pensar es como el fuego,
la luz es una madre creadora
y germinan criaturas en la casa.
Algunas vivirán mientras les dé cobijo
o un sol para imitar a los lagartos
tendidos mansamente en los azules
colmillos del amor.
Habrá melancolía y habrá cielo.
Habrá comida. Y habrá dioses.
Las fauces de los dioses son hermosas,
filosas como un rey o un padre muerto
que ríe en cada sueño y en la fiesta
y se hincan -con fiereza- en el bocado.
El mar es el amparo de las pobres circunstancias.
No dejo de sentir, en días negros,
el hueco de las manos-corazones
mojado por un beso de la espuma
que a nadie satisface
aunque prometa la blancura del salitre.
Mi casa tiene puertas en la lluvia
y un techo rebatible
de palomas que se van abriendo
hacia la nada.


Silvia Rodríguez Ares
13/9/2016

lunes, 15 de agosto de 2016

Panteón San Ignacio





Él comienza a caminar desde la muerte.
Se detiene en la montaña
y cruza el río.
Baja
de unos barcos que la noche le envió
a la fortuna.
Entonces crece
y pide un trago.
Se emborracha con Emilio
con Manuel y con José
y son hermanos.
Como gota que se filtra por los techos
se alimenta de humedad.
Delicia de vivir mojado
con el cuello bajo el sol.
El pelo tan fragante en la madera
de los árboles que el dios de la tristeza
no cortó
porque eran suyos.
Hace un nido junto a Luisa
y una casa que vendió.
A los hijos los trasladan en un tren.
En los ojos el dulzor amargo
se despeja por la orilla.
Llegan manos que le llevan flores
en recta procesión
desde las aguas
del único portal del cielo
que se abre
domingos y feriados solamente
de 8 a 12.


Silvia Rodríguez Ares
14/8/2016

martes, 9 de agosto de 2016

Trece maneras de mirar el sol




1

De frente.
Nunca antes
se lo había dicho.
Estalla el sol.

2

Esquirlas incrustadas
en mínimo azulejo.
Sol dispuesto
a dar batalla.

3

El ojo
de quien mira el sol
intenta abandonar el mundo.
No es posible.

4

Un ramo de jazmines
a la novia del dolor.
Un sol gastado
a los que lloran.

5

Sufrir
es decorar el cuarto
como a él le gusta.
Y dejar el sol afuera,
en la ventana.

6

Los pueblos de Occidente
adoran el ocaso.
Qué bella
es la montaña cuando muere
el sol.

7

Había muchos soles
en la casa de mi padre.
Él los fabricaba
y después los escondía
a medianoche.

8

Una vez me tropecé
con una dalia muerta.
En medio de su pecho
estaba el sol.

9

En las guerras
las banderas caen.
El sol las pisotea
y las levanta.

10

Si me quedara
esta única palabra
por decir,
con cada boca
apuntaría al sol.

11

La historia se compone
de pequeñas frases
que el sol traduce
con hilo amoratado.

12

Paso tanto tiempo
mirándole la cara a un muerto
que el sol se aleja
de mi mano.

13

Pero ya no tocaré este sol
ni lo hundiré en la tierra
a menos que el geranio muestre
por quién lucho.


Silvia Rodríguez Ares

Camino





Vayamos a medir el crecimiento de la luna.
Sin tocarla.
Sin abrir los ojos
ni seguir la dirección del aire.
Hondo camino de la lengua hasta su madre.
Decir adiós.

 
Silvia Rodríguez Ares
6/8/2016

lunes, 1 de agosto de 2016

Memento




En la mañana
el pez tejió la red
para encontrar la muerte.
Amaba -y yo lo sé-
nadar en vida,
aunque tejía como un padre
teje, con los pies descalzos
frente a la luna.
Era la noche, entonces.
La noche es cuando el padre
vuelve y teje. Acomoda sus huesos
y se lanza a navegar
mientras los hijos miran.
Hubiera levantado cada mano
en gesto de atrapar la despedida
y hubiera dicho aquello
que me habría salvado.
Pero la noche le cambió la voz
a mi cuchillo.


Silvia Rodríguez Ares
29/7/2016

Medusa




Estoy aquí
danzando para todos:
agua, luna
-en este bosque-
almendro, lira, ruiseñor.
Soy la corza dulce
de los sueños rotos
y el cabello de Medusa
es un lazo tierno
para unir al padre
con el ojo de la niña
que murió en la fuente
por reír desnuda,
alegre y rozagante
en brazos de la diosa ciega.
Y cuantos más se acerquen
a este bosque intruso
más le brillarán las uñas
al señor de los recuerdos.
La llave está en el fondo
del hogar paterno;
en un altillo destinado
a llorar de cara al techo.
Vayamos juntos
a romper las puertas
de este sueño
que huele solamente
a maldición.


Silvia Rodríguez Ares
29/7/2016

sábado, 9 de julio de 2016

Amergin cantó y se fue




Era un jueves primero de mayo
y el decimoséptimo día de la luna.
Amergin selló con pie derecho
la tierra de una Irlanda temblorosa.
Un poema calmó la tempestad
y otro canto hizo que surgieran las llanuras.

Soy el viento que sopla entre las aguas,
dijiste y me guiñaste un ojo.
Soy la espuma de los mares, respondí,
y la planta que verás crecer.

¿Qué sueño reunirá las almas
en un barco de oro?
¿Dónde buscaré las redes
para unir las puntas de la flor?

Tierra conquistada por un mago,
éste es mi lugar porque se llama Erin,
Calecia, Argentum o dolor.
Y soy el jabalí salvaje cuando miro el cielo
y lo atravieso con saetas
que nacieron en batallas
por morir o enamorar al viento
-que es la misma forma
de cruzar los puentes-.

Amergin, tu nombre
en un pozo de palabras.
Amergin, murmullo de las olas
que acompaña los paseos
de la niña con su perro.

Amergin cantó y se fue.

¿Quién de todos es el que ilumina
la asamblea en la montaña?
¿Dónde está el señor de las estrellas?
¿Quién es con la sangre
un lago?

Sumergida, yo te espero.

Cuando duerme la llanura
no recuerdo si mi voz
es mía.

Tuya es la palabra más certera.
Tuyo es el poder
del buey en el combate.
Tuyo es cada pétalo
del valle del futuro
y los rebaños.
Tuyo reina el sol
y crece con la lágrima del sol
la tempestad del agua.

Pero quién
¿quién conoce las edades de la luna
sino yo?


Silvia Rodríguez Ares
8/7/2016

sábado, 25 de junio de 2016

Canción




Perfuma tu canción
la rosa nueva de los aires

Vengo de mirar el cielo
y llueve a cada rato

Dentro de tu boca
-clara joven muda-
qué pequeña he sido

cuando el tiempo de la luz
nos incendiaba.


Silvia Rodríguez Ares
16/6/2015

Imagen: Marc Chagall

una gota




de tu voz hasta el cielo
cuelgan los jazmines en penumbras

te miro y sé que puedo
resistir aunque me apague lentamente

mientras dios reparte luz en las esquinas
entro en la ciudad y bajo

al fondo de tu casa
llueve en el estanque familiar:

mi herencia es una gota revestida en lunas
de una noche triste


Silvia Rodríguez Ares
25/6/2016

domingo, 5 de junio de 2016

Blanco es lo grande y lo pequeño




Llego con la hoz en la garganta
pero vuelvo
y ellos me salpican fuego
a latigazos
de lluvia y luz .

Me enciendo.

Blanco es lo grande
y lo pequeño
(nadie aceptaría un vestido de cenizas
si lo supiese)

porque el caballo espera
atado a un carro
en donde el sol y la mano
de quien aprieta
tienen
el mismo color.


Silvia Rodríguez Ares
5/6/2016

  
(sobre un cuadro de la pintora rusa Natalia Goncharova)


Magnolia



I

En la soga de colgar
se agita la flor blanca*
de tu camisa nueva
y ellas
ríen contra el viento
que las exalta
en máxima pureza.

Díficil es dormir de pronto
tan temprano
lo creo y lo sostengo
cuando las manos recuperan un botón
de la camisa blanca.

¿Y qué
de la primera flor hallada en tu memoria?

Apenas un estruendo
en la boca de un niño:
el agujero dentro de tu pecho.


II

Amplia camisa de los juegos
extendida en manantial de sangre.

Te abrazo y no me olvido
de volver.


Silvia Rodríguez Ares
4/6/2016


*versos del poeta Edgar Bayley


Cuatro discos




Nada es más negro que la mañana luminosa del recuerdo
decía Paul Celan
y yo enciendo lámparas de barro
mientras construyo el nido
donde todo quedará a resguardo.

Hay fotos en las cajas
sombreros y zapatos
muy lustrados
láminas azules
de caballos naipes rojos bailarinas
de papel  y cuatro discos
que perdieron la memoria

y les pregunto

sabés que les pregunto

pero ninguno
quiere
recordar.


Silvia Rodríguez Ares
23/5/2016


martes, 31 de mayo de 2016

Cuadratura creciente



Hay nubes y penumbra
en tu espalda

y yo quiero
ver esa pequeña
luz que trajo el río.

Me sumerjo y esta vez
abro los ojos.

De repente
el sol comienza
a sonreír.


Silvia Rodríguez Ares
31/5/2016

jueves, 19 de mayo de 2016

tankas del final





la boca duerme
en roquedales sucios
frente a mis ojos;
elijo las palabras
que me van a acompañar



la luna dice:
nunca avanzará la red
en donde vivo;
es la sombra de la luz
la puerta de esperanza



llegaste tarde
espada de ilusión
al nacimiento;
los cuervos engalanan
la carne de la siesta



dulce otoño era:
padre me enseñó la flor
de la tristeza;
astilla el mármol fino
la canción del colibrí



dentro de un ciprés
camina la muñeca
hija de una voz
¿en qué vestido verde
dormirá su corazón?



la niña vuelve
a todos sus juguetes
les anuncia el fin;
el tiempo es la mirada
de los abetos ciegos



madre y la raíz
del viento en el pinar
se van conmigo;
dejamos lluvia fresca
creciendo en doce llaves



Silvia Rodríguez Ares
16/5/2016

lunes, 2 de mayo de 2016

aniversario





en medio
del último equinoccio que pasamos juntas
dije algo

el lirio prometió volver cuando te fueras
y aún lo espero

abierta por las noches la ventana
siempre caigo al cielo
y me levanto
pensando en el bastón que lastimaba
tu marcha de guerrera

pisar las calles no es igual
con este frío
de botas que no quieren ablandar
las piedras del paseo

ahora pesa la palabra sola
la mirada sola
la canción impertinente del muchacho alegre
la cartera que robó el destino
-el día de las niñas-
el brazo que no tiene a quien llevar
hacia alguna de las flores que pinté

porque no llega, madre,
no llega primavera

mientras digo mes de mayo
es otoño

y el lirio no regresa, madre,
no regresa


Silvia Rodríguez Ares
2/5/2016

lunes, 25 de abril de 2016

no vuelvas a tocar mi corazón




se cortó
la luz
en el infierno
sufrió golpes
ella
y no su hermana
-la pequeña
y nueva
joya
de los dos-


es mejor
el padre
que no pega
pero roba
y si fuma
le convida
mientras ellos
son diamantes
que iluminan
hacia adentro
el jardín
de flores negras
donde forjan
en el pozo
corazones
de metal
que no resisten
lluvias


yo pasaba
y la encontré
sentada
en el pupitre
de madera
roja
dibujé
en el pizarrón
palabras
y preguntas
con la palma
abierta
y un volcán
de tinta
derramada
estalló
desde mis brazos
hasta el bolso
que dormía
solo
en mi escritorio


ella
perforó
mis manos
con su pelo


ella
respiró
y estranguló
mis llaves
en el último
bolsillo
que nació
en el pantalón


ella
no guardó
las marcas
de mis dedos
en ninguna
mínima
oración
que le enseñé


ella enjuaga
ropa
con el agua
en la ballena
de Jonás


ella se mira
y se peina


ella lava
su cara
con los ojos
del ciempiés
que va llorando
y no está limpio



Silvia Rodríguez Ares
25/4/2015

lunes, 11 de abril de 2016

una fiesta





“corceles amarillos brincan en el aire”
Nikolai Gumilióv

sueña
el alma sueña
y en el cielo
hay una fiesta de diamantes

¿podrás permanecer entre mis manos
aunque no te
suelte?

¿podrás agradecerle a este dolor
la risa de la luna?

aprieto
firmemente
el lazo
y soy tuya

Silvia Rodríguez Ares
11/4/2016

solo la palabra es fría




“las palabras muertas huelen mal”
Nikolai Gumilióv

duerme
la mitad del río
y no consigo imaginarte
de otro modo
que durmiendo
bello
alegre
dócil
o menguante
con la sangre tibia
al respirar
sobre mi cuello largo
dulce-
mente
sumergido
en tu canción nocturna

pero antes
antes hubo una palabra muerta
que ahora flota
triste como el ángel triste
y no sé por qué regresa
sola
fría
nueva
límpida agitando el agua

y ya es hora de partir y preguntarte:

¿qué le falta a mi silencio de algas
para entrar desnudo
en tu guarida?

¿qué tendría que decir el eco
luego de cerrar las puertas?

no dejes que los muertos te despierten

no me hables, por favor

dormido sos la rosa de los vientos
sobre mi cuello


Silvia Rodríguez Ares
11/4/2016

domingo, 10 de abril de 2016

invierno





la llegada del invierno es nuestra casa:
se alborotan mariposas porque duele

¿todo el sol se apagará?
¿y qué
de nuestro fuego en brazos?

no nació este ruiseñor
para calmar las flores

no creció la enredadera
para ser mortaja

no le dimos sangre y néctar al edén
para morir así

.
Silvia Rodríguez Ares
10/4/2016

martes, 5 de abril de 2016

Casandra




yo predigo
danzo bebo
sueño ayuno
no  mastico
las palabras
no digiero
y escupís
sobre mi boca
por no ser
la nena dulce
tengo baba
de serpiente
en los oídos
perdoname
por haberte
enamorado
es que Apolo
no te amo
y sí te amo
pero dicen que
Casandra
por las noches
es la bruja
que se come
a los caballos
y a las liebres
se retuerce y te
desea te seduce
y te rechaza
porque quiere
para siempre
que maldigas
este don
que matará
mi lengua


yo
que veo
para nadie
detrás de las cortinas
me avergüenzo
de la luz
de la belleza
de tus ojos
que son míos
y están fijos
en la trampa


y dije no
no me escuchaste
es que él
se empeña
en reclamar
amor con flechas
en mi sexo
y en mi lengua
para nada
servirá
mi sangre
(no la bebas)
no podrá
calmar
el fuego
que se enciende
en las torres
infinitas
que mi padre
construyó
son para vos
Apolo
si algún día
te rendís
me liberás
de este castigo
de ser nadie
de ser todas
y tal vez
entonces
yo me vaya
y vos me olvides


Silvia Rodríguez Ares
4/4/2016


Imagen: Cassandra, George Romney

lunes, 21 de marzo de 2016

eco & narciso




la torre del deseo
se derrumba
sobre el pie
cansado
de la nube

me cubro con la sábana
y anido
entre los brazos
una flor que se parece
al joven más hermoso
frente al agua

¿será piedra
o bendición
este regalo que la diosa
de la bruma y el silencio
me ha dejado?

solamente le pedí una barca
de papel
y una magnolia
para el largo
viaje

de regreso a la primera
vez
de la paloma
ebria
junto al ángel

arrojados desde lo alto
de la torre de marfil
sobre mi pie
cansado
de dormir en la caverna
y  pisar el vientre
tembloroso
de la nube


Silvia Rodríguez Ares
20/3/2016