Soñamos el perfume del amor.
Extraje tantas flores como pude
del jardín de los insomnios.
Con los brazos llenos
me dormí.
Entonces vos
pediste agua:
el agua de los colibríes
el único espejismo necesario.
Ya no recuerdo
ni tu nombre.
Silvia Rodríguez Ares
1/1/2015