dentro
de los túneles glicinas duermen
a mi paso
él me ayuda a caminar entre algodones
doscientas leguas más allá
de mi refugio
hablábamos del sol
cuando una liebre nos salió al encuentro
y preguntó por qué
por qué sólo glicinas en los sueños
en esta conjunción ya no hay motivos:
el límite es el pie del agua
que hundiéndose en los brazos de Neptuno
nos transforma
Silvia Rodríguez Ares
29/2/2016