Tuve una maestra
que decía
que los ojos
reconocen la verdad.
Nací en verano
y en la playa.
La arena desintegra
las pupilas de los niños:
los reflota ciegos
y miopes a la vida.
Marqué
toda consigna
del examen
con mi doble
cruz.
Hundí la punta
del acero
en cada
corazón.
Silvia Rodríguez Ares
7/2/2014