en la luz del ciprés
la luna encuentra el modo
de mirarse el cabello
un racimo de violetas se conmueve
y acuna
el vaivén de la ciega
el pozo está cargado de tormentas
llaves rotas
cicatrices y zapatos de charol
pero no avanza
los dos estamos quietos
abrazados
(la luna y el ciprés ya son amantes)
buscando en la penumbra una razón
para llorar
Silvia Rodríguez Ares
27/01/2016