el viento es el que arrastra las semillas hasta el sur
cerramos las ventanas
e inicio
la tormenta
tu boca quiere hielo manso
mis dedos tienen nácar puro
reís al ver
aunque te ocultes
tras la cortina
y ya no mires
lo que podés causar en mí:
nadie sueña tantas noches
con el infierno
de un hogar pintado a golpes
de claridad
sin otra luz que sombra
ni amparo
de ninguno de tus brazos
entre la lluvia
te digo que me quedo aquí
el fuego es un lugar seguro
para guardar el frío
-el frío dulce niño amado-
de tus ojos
Silvia Rodríguez Ares
7/1/2016