la llegada del invierno es nuestra casa:
se alborotan mariposas porque duele
¿todo el sol se apagará?
¿y qué
de nuestro fuego en brazos?
no nació este ruiseñor
para calmar las flores
no creció la enredadera
para ser mortaja
no le dimos sangre y néctar al edén
para morir así
.
Silvia Rodríguez Ares
10/4/2016