¿Qué promesa cabe
en tu corola abierta?
Vinieron con las manos dulces
a sembrar el día
Después nacieron fuentes
de tus labios
y saltaron campanillas
de tus ojos
Recuerdo tu perfume
Yo era
tu pequeño brote
el huérfano del sol
recién plantado
No espero
tus palabras
En la boca tengo azúcar
y el agua solitaria de los pozos
que a medianoche
te nombran
Silvia Rodríguez Ares
20/4/2015