Fuimos aire
antes que la tierra
floreciera en nuestros nombres.
Dulce es pernoctar
a cielo abierto.
Los cuerpos se humedecen de rocío
y somos agua.
Pétalo tras pétalo
cayendo en el deseo de la flor.
Brillo sobre el barro.
Silvia Rodríguez Ares
16/2/2014
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