Adiós Rubia
Valentine Penrose
y no es que la belleza
se parezca al desconsuelo
es sólo que me voy
que ya me fui
cuando tu mano
toca mi perfume
no puedo desvestirme
sin saber ni recordar
antes
si aún existo
prestame tu manera
de mirar a las mujeres que se van
flotando por el río
quizás humedecidas de pudor
placer anís
esperma
o de venganza
por ser tan rubias
(hechizo de la luna en casa VIII
dulzura en el cristal del miedo)
hambrientas
y salvajes
Silvia Rodríguez Ares
1/2/2016
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