concluye el tiempo de los ángeles
y no hay regreso
da lo mismo
ser un bote
un globo
una estrella
un centauro
una mancha
o una
cicatriz
vayamos al adiós con manos nuevas
y agitemos el pañuelo de la noche
mientras canta el ruiseñor
de las espinas
vigoroso
como el mar que hunde
a dentelladas
el fuego del amor tan puro
aunque dicen las gaviotas que la luz
conmueve al cielo
y vive más
Silvia Rodríguez Ares
28/11/2015
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