Con mis ojos de gacela muerta
leo tus mensajes.
Los traduzco a flor
a hierba luminosa
a torrente de agua
a eclosión
de todo lo sagrado
para no sufrir.
Te contestaría
en un gesto cortés
con la displicencia
que en el bosque abunda.
Pero mi alma
no quiere escribir.
Silvia Rodríguez Ares
21/2/2015
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