Tengo escritas
todas las palabras
desde el día en que nací.
Algunas
me costaron mucho esfuerzo:
la mano es débil,
la letra sangra.
Otras sucedieron simplemente
como el lirio azul
que nace
y la piel ante el perfume
se enamora.
Silvia Rodríguez Ares
3/1/2014
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