no era tan difícil descubrir el juego
pero vos creés que siempre
te digo la verdad
apenas se despierte el ángel
que cubre las ventanas rotas
hablaremos
es duro trabajar en esta urna
con el viento en contra
guardemos el silencio en una bolsa blanca
crujiente
mojada
y llena
de diamantes
a veces sueño que volvés temprano
y no me recordás
entonces me levanto del vestido rojo
aprieto el lápiz
en tu espalda
y te obligo
a deletrear mi nombre
podemos encontrarnos en cualquier esquina
de la casa
a esta misma hora
y si querés viajar
en medio de la selva
o en las rocas
no dudes
en dejarme
Silvia Rodríguez Ares
12/2/2016
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